Bancos Sos Locales, 24,1% de los municipios ya no tienen sucursales

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RICCARDO COLOMBANI SECRETARIO GENERAL PRIMERA CISL

Encontrar una sucursal bancaria es cada vez más difícil. No solo en pueblos pequeños o zonas montañosas, sino también en las grandes ciudades. Sin embargo, la desvinculación de los bancos de los territorios no es un fenómeno uniforme y, de hecho, reserva algunas sorpresas: en Barletta o Grosseto es más fácil encontrar una sucursal que en Milán o Roma. Y 24.15 de los municipios italianos hoy ya no tienen ni siquiera una sucursal bancaria en su territorio,

Este es uno de los resultados que se desprenden del Observatorio sobre la desertificación bancaria de la Fundación Fiba, que ha desarrollado un indicador (IPD, Provincial Desertification Indicator) que asigna a cada provincia italiana una puntuación basada en el porcentaje, calculado sobre los respectivos totales, del número de municipios sin o con sucursal, la población residente, las empresas con domicilio social en dichos municipios y la superficie relativa.

A la cabeza, con la misma puntuación, se encuentran Barletta-Andria-Trani y Brindisi (Puglia), Grosseto y Pisa (Toscana), Ravenna y Reggio Emilia (Emilia Romagna) y Ragusa (Sicilia). En estas siete provincias, ningún municipio se quedó sin sucursales bancarias. En el segundo escalón se encuentran Bari (Puglia) y Livorno (Toscana). En tercer lugar encontramos a Mantua (Lombardía), en cuarto a Siena (Toscana) y Venecia (Véneto), en quinto a Módena (Emilia Romagna). Para encontrar las grandes ciudades, donde, a excepción de Mps, tienen su sede los principales grupos bancarios, hay que bajar hasta la plaza 16, ocupada por Milán. Trento, sede del grupo de crédito cooperativo CCB, es el 19. Separe Roma (34º) y Nápoles (41º).

En los primeros seis meses del año se confirmó la tendencia de los bancos italianos a disminuir su presencia en los territorios. Se cerraron 593 sucursales y los municipios “desiertos”, sin sucursales en su área, crecieron aún más (+2,9%).

En consecuencia, ha aumentado el número de personas (+270.000, más de 4,2 millones en total) y empresas (+17.000, 249.000 en total) que no tienen acceso a servicios bancarios en su municipio de residencia.

Comparando las cifras con las relativas a finales de 2022, surge que en la primera mitad de 2023 la desertificación avanzó más rápidamente en Marche (-5 %), Lombardía (-3,9 %), Sicilia (-3,6 %), Lazio (-2,9 %), Umbría y Véneto (-2,6 %).

“Los datos muestran que la desertificación bancaria ha afectado a las provincias italianas de manera muy diferente – comenta el secretario general de First Cisl Riccardo Colombani – Dentro de las mismas regiones hay marcadas diferencias, mientras que las grandes ciudades, contrariamente a lo esperado, están todas fuera de los primeros puestos. Además, algunas provincias del Sur, a pesar de la huida de los grandes bancos, muestran una resiliencia sorprendente y se instalan en lo más alto de los rankings. En general, las realidades que ocupan los primeros lugares –continúa Colombani– se caracterizan por el arraigo de los bancos pequeños, que con la suba de las tasas de interés ven recompensado su modelo de negocios enfocado en la territorialidad y la provisión de crédito. Es una confirmación más de que la biodiversidad bancaria no es un coste, sino un activo, especialmente en un contexto en el que los grandes bancos siguen cerrando sucursales: casi 600 solo en los primeros meses de 2023. Un ritmo insostenible -concluye- que pone en riesgo la economía local y la cohesión social”.

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